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La Azul y Blanco vive una pesadilla en San José

Ilusiones rotas, corazones partidos. La Azul y Blanco llegó a Costa Rica con la esperanza de obrar una gesta con la confianza por los cielos, pero se volvió a tocar el suelo y de golpe, así como un gancho al hígado o un recto a la mandíbula con el 4-0.

Los ticos que pasaban por un momento de inestabilidad en la era Matosa desahogaron sus penas contra los nicaragüenses, quienes perdieron porque solo hay un Byron Bonilla y un Luis Fernando Copete, en otras palabras, no existe estructura ni dinero para desarrollarla. Henry Duarte y los jugadores tratan de estirar las migajas, no obstante en eventos como este: Copa Oro, queda nuevamente demostrado que con sueños y pensar a lo grande no basta.

La Azul y Blanco fue absorbida en la neblina huracanada costarricense, seguros en las entregas y con constantes proyecciones ofensivas. La respuesta de Nicaragua era Bonilla, robándose los aplausos, cargándose de elogios, el muchacho originario de Granada y evolucionado en Costa Rica bailó a la defensa tica, en especial a Cristian Gamboa. Además, fue el jugador que tuvo el único disparo de verdadero peligro de Nicaragua.

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