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El silencio republicano

Los republicanos en el Congreso están comprometidos con la arriesgada pero calculada apuesta de que, una vez el presidente Donald Trump haya agotado todos sus recursos legales para desafiar el resultado de las elecciones, aceptará su derrota ante el presidente electo Joe Biden.

Pero está ocurriendo lo contrario.

A medida que, uno tras otro, los casos presentados su equipo legal se quedan en el camino, Trump redobla sus esfuerzos para alterar el resultado de los comicios. En lugar de aceptar la realidad de la votación, Trump está empleando el peso de su cargo para tratar de darle la vuelta. El viernes citó a legisladores estatales de Michigan en la Casa Blanca luego de contactar personalmente con los funcionarios republicanos antes de que la próxima semana venza el plazo para certificar el resultado de las elecciones. Otros de Pensilvania podrían recibir la misma invitación.

Los republicanos están a la espera mientras todo esto ocurre. Lo que empezó como una estrategia para darle a Trump el tiempo y espacio que necesitaba para procesar su derrota, se está convirtiendo ahora en un desafío al resultado que unos comicios nunca visto desde la Guerra Civil.

“Ha llegado el punto en el que el Partido Republicano ha dejado que la pataleta de Trump dure demasiado», señaló el historiador presidencial Douglas Brinkley, profesor en la Universidad Rice en Texas.

Con su silencio, los legisladores republicanos se hunden un poco más con un presidente al que llevan cuatro años intentando apaciguar. Algunos han hablado, pero la mayoría le dejan hacer mientras lanza un infundado ataque contra las elecciones que amenaza con erosionar la confianza de la población e impedir la transición de Biden a la Casa Blanca. Y esto podría definir algunas carreras en el futuro.