adspace-728x90

La copa del Barsa. Imponiéndose 2-1

Desde que llegó al Barcelona entre mucho ruido y grandes expectativas, el joven francés de 21 años, Ousmane Dembélé, ha estado siendo sometido a escrutinio. El ¿qué tan bueno es?, lo ha perseguido implacablemente.

Ayer en Tanger, durante el triunfo del Barcelona sobre el Sevilla por 2-1 para ganar la Supercopa de España, Dembélé creció de golpe, culminando su actuación de abrillantado, con un remate de derecha desde fuera del área, que se incrustó en el ángulo superior izquierdo de la cabaña del checo Tomás Vaclik, decidiendo la batalla en el minuto 78.

Más allá de ese latigazo, lo que se vio de Dembélé en todos los aspectos de su capacidad de agresión, fue muy alentador respecto a su probable aporte en esta nueva temporada. El francés, moviéndose por la izquierda y combinándose con Jordi, fue en todo instante un agitador entrando constantemente al área y multiplicando las amenazas del equipo azulgrana.

No fue el mejor jugador del Barsa porque Messi, tranquilo, sin excederse, exhibiendo su liderazgo, manejó los hilos del juego, proporcionando posibilidades de marcar constantemente.