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«Gallo» Estrada, el guerrero mexicano

Francisco “Gallo” Estrada se ha ganado un nombre dentro de la élite del boxeo por derecho propio. A sus 32 años, vive un momento de total plenitud en su carrera. La semana pasada, The Ring lo clasificó como el quinto mejor peleador del mundo. Esa distinción lo colocó como el mexicano mejor ubicado en el ranking, por encima de Saúl “Canelo” Álvarez. Sin embargo, el camino de Estrada hacia la cima boxística ha estado repleta de tragos amargos en la vida terrenal y en la vida de dioses griegos arriba del ring.

Oriundo de Puerto Peñasco, Sonora, Estrada encontró una pasión natural en el boxeo a los nueve años. Pero antes de esos primeros pasos, vivió el primer gran golpe terrenal: la muerte de su madre por leucemia. Estrada tenía siete años y aunque todavía no dimensionaba la pérdida, hoy se lo toma con filosofía: “En algún momento tienen que pasar cosas malas, porque no toda la vida es felicidad. Hay que aprender a sobrellevar el dolor”, dijo en entrevista para GenioLucasShow.

Sin la atención de su padre biológico, Estrada fue criado por su tía materna. El romance con el pugilismo empezó cuando caminaba rumbo a la escuela y un día vio que un padre entraba a su hijo. Él se flechó en ese momento y se acercó al señor para que lo entrenara. No aceptó entrenarlo, porque no era entrenador, pero sí le enseñó las bases. Golpeaba un costal que colgaba de un árbol. Tiempo después, el Gallo llegó al gimnasio municipal de Puerto Peñasco. A partir de ese momento, el ascenso del Gallo fue